Entrando en Rusia
Un comienzo bastante duro en Rusia. La burocracia y las leyes no escritas hacen acto de presencia
Por Vicente Malpica
4 de julio, 5:00 am, en el hotel de San Petersburgo
Hemos pasado varios días de ultra relax en Helsinki-Finlandia. La moto la terminaron el día 2 por la mañana. La recogimos de BMW a eso de las 10 horas, y genial, ya que dentro del taller tienen un bar y pudimos desayunar algo. La factura bien, no muy caro comparado a otros servicios oficiales. Unos 260 euros: aceite motor nuevo (Bel-Ray EXP 10W-40), filtro de aceite, dos piñones cadena (plato trasero y piñón delantero-los pillé para llevarlos encima), también dos bujías y otro filtro de aceite de repuesto.
Según nos dijo la chica de BMW, la tapa del embrague tiene una burbuja en el orificio de uno de los tornillos y hace que salga levemente algo de aceite poco a poco, defecto de fábrica. Que hay que cambiarla, que ellos no la tenían, pero que más adelante si tenemos tiempo que se le cambie, pero que ella cree que ok, que podremos terminar el viaje aunque salga un pelín levemente de aceite. Lo de las dos juntas del cárter motor y embrague, así como esa mano de obra, ya lo paga BMW en garantía.
Ya con la moto lista, volvemos al camping, montamos todo y tomamos rumbo hacia Rusia. Entre Helsinki y la frontera paramos un poco en una gasolinera de la cadena ABC, que por cierto son algo extrañas, ya que solo podemos echar gasolina usando billetes y si ya has llenado el depósito y te sobra, no te devuelve el cambio.
Compramos algo para el lunch, y antes de salir me inclino y miro a ver cómo va lo del aceite. Mi sorpresa fue que otra vez estaba tirando algo de aceite, bueno, rezumaba algo. Pues nada, seguimos, aunque no me gusta nada eso de ver aceite por ahí abajo. Igual no es mucho, una gota lo más cada dos días si acaso, pero el caso es que sale…, y que se quede ahí el tema.
Continuamos rumbo la frontera, por la autovía, todo ok, 90-100 kph. Y más adelante desaparece la autovía y ya buena nacional. Así llegamos a la frontera, no sin antes, unos casi 10 kms., ver una larga cola de camiones parados en la cuneta de la marcha, la derecha. Ya nos presagiaba que la frontera tenía tela de la buena, pero ok, coches, motos y demás sí seguíamos. Luego retenciones de coches, etc, lo que hicimos fue saltárnoslos y ponernos los primeros. Y, aquí empieza el calvario...
Como llevamos Cuaderno ATA, para el tema de importación temporal de nuestras motos, tienen qur sellarlo a la salida de Europa, lo cual hicimos antes en otro lugar, frontera de Finlandia, y todo ok. Ya en la frontera Rusa el tema es otro, un gran CAOS. La gente amontonada, todo como muy degenerado, los funcionarios Rusos ni os cuento… En fin, paciencia. Que si una ventanilla allí, que si otra acá, que si unos rusos camioneros nos ayudan, que por cierto, son buena gente.
El caso es que, además de no haber aseos, ni sillas para sentarse y mosquitos a miles que te devoran, pues estábamos en la zona de camiones, por el tema del Cuaderno ATA, así que las gestiones debíamos hacerlas como si fuésemos camioneros…
Con los camioneros genial, conocimos a varios, sobre todo a uno que nos ayudó un montón, nos dijo que había vivido en Portugal varios años y sabía hablar Portugués perfectamente, así que muy bien con él, nos ayudó mucho a salir del atolladero.
Es deprimente lo que tienen montado allí, por normal, un camionero, que está en esa cola larga, tarda alrededor de 3 días en llegar a las oficinas de esos cutres funcionarios. En fin, luego igual echan 1 día más de papeleos, según les den a los otros, y al final de 4-5 días tardan en pasar la frontera con el camión, increíble, a esto sin aseos y ni tan siquiera lo mínimo…
Nosotros llegamos alrededor de las 17:00 horas, y no nos podemos quejar, bueno sí, pero salimos allá las 2 de la madrugada, 9 horas de espera, teniéndolo todo perfectamente, así van que parece que están aún en la guerra pasada…No con esto se acaba la historia, nos dejan entrar a Rusia, pero debemos ir a aduanas, en menos de 24h., aquí donde estamos ahora, en San Petersburgo, increíble. Hoy hemos ido, pero como es fin de semana, pues más días de pérdida hasta mañana lunes. Nos han liado de mala manera. Si sabían que es fin de semana, ¿por qué nos dicen que tenemos que ir en menos de 24h?
A las 2:00h de la madrugada conseguimos pasar la frontera (después de pedirle permiso hasta el mismísimo jefe de aduanas!). Sin moneda rusa (Rublos), el Portugués, nos acompaña hasta la entrada de un motel de carretera. Nada, está lleno, muy tarde ya, bueno pues aún súper cansados seguimos a ver otro, y otro…., nada de nada, todos llenos o quizás eso de ver a dos moteros a las 3-4 de la madrugada no les molaba nada y por eso nos decían que estaba completo.
Hacía una niebla bestial, ya que el mar estaba cerca, una bruma que hacía que la visera la llevásemos levantada, un rollo, frío unos 5-7 grados, cansancio, mucho sudor, reventados... sin poder encontrar un sitio para dormir. Al final paramos en una gasolinera y nos montamos una especie de pícnic. Sacamos los restos de comida que llevábamos, algo de pan de sándwich, la Nutella de chocolate, un poco de fruta y algo de embutido que sobró del lunch. Nos pusimos los pasamontañas para protegernos de los mosquitos y, a falta de cama para dormir, nos pusimos a cenar =)
Reventados, no sabíamos que hacer, bueno, pues nada, poco a poco, con paradas y con el sol de media noche, que a las tres y media se vé perfectamente, continuamos rumbo a San Petersburgo, por estas carreteras de Dios, menudas cómo están. El asfalto está lleno de socavones, grietas, trancazos en fin..., más despacio, alrededor de 80 km/h., más velocidad y con la niebla hubiera sido peligroso y podríamos cargarnos la moto.
La peña Rusa va que se las pela, has de tener mucho cuidado, ya que adelantan raspándote y cuando les viene bien, en fin, esto es la guerra, y en medio estamos nosotros, hay que adaptarse. Esto de ir en moto, cargada hasta los tuétanos, sin dormir, por estas carreteras, con esta peña, de noche y sin comer medianamente bien, hizo que parásemos en una gasolinera, a unos 50 kms. de esta bonita ciudad. Gasolinera en la que por fin se puede pagar con tarjetas normales y tienen desayuno calentito.
Nos caíamos en la mesa de sueño, dando cabezazos, ya casi dábamos un espectáculo. Al final decidimos continuar hacia San Petersburgo. Llegamos sobre las 7:00 am.
San Peterburgo es genial, con sus olores extraños, con su contaminación de autobuses y camiones humeantes, pero bueno, tras acostumbrarnos a la idiosincrasia de este lugar, que se parece más a un circuito de motocross que a una ciudad, de cómo están sus calles, mezcladas con redes de cables, alcantarillas y raíles de tranvías…., pues fuimos a buscar los sitios de hoteles baratillos que teníamos apuntados, gracias al GPS.
Nada de nada, unos llenos y otros muy caros. Continuamos buscando, no sin antes meternos una buena multa un policía... jajaja. Intentando llegar al Hostel internacional tuvimos que hacer una pirula en sentido contrario, (nada grave, 10m. en sentido contrario), el policía nos detuvo con su micro coche patrulla y, quería quitarle los papeles a Joan, que fue con el qué habló, así que Joan se metió con él en el coche patrulla y le dejó un par de billetes junto al freno de mano... unos 2000 Rublos que es una pasta, unos 60 euros, pero bueno seguimos con todos nuestros papeles.
Se hacía insoportable el calor, el cansancio, y nada, buscar tras buscar, por esas calles hechas polvo y con un tráfico algo loco, conseguimos una habitación medianamente buena en un hotel chinurri. Aquí estamos, Garden Beijin Hotel, el GPS nos trajo. El alfabeto cirílico es un lío, no te enteras de na de na, ya que si pone banco no lo sabes, si pone un supermercado idem, en fin, vas un poco al tuntún, viendo qué es el lugar, por su exterior, más que por el nombre.
Nada más llegar vamos a la ducha y dormimos un par de horas. A eso de casi las 15:00 horas, dejamos todo bien cerrado en la habitación, tomamos lo justo, papeles ATA y pasaporte, y a ver si dábamos con el lugar de aduanas. Nos habían dicho en la frontera, que inmediatamente llegásemos a San Peterburgo, que fuésemos a la aduana a llevar el libro... Pues nada, el funcionario nos dijo que nones, que hasta el lunes nada de nada, cerrado.
Después nos fuimos a ver si estaban abiertos los que nos hicieron la invitación de entrada a Rusia, ya que nos tienen que registrar ellos a la entrada…, pues nada cerrado también. Vimos una especie de bareto cerca, así que a tomar algo, y de vuelta acá al hotel, todavía teníamos mucho cansancio y sueño.
San Petersburgo se ve muy bonita, hay río, mucha gente, mucho turismo, bonitos monumentos y, hoy ya descansados, iremos a ver algo, antes de irnos, que nos vamos zumbando mañana lunes, que el tiempo se nos echa encima.
De vuelta al hotel, allá a las 19:00 horas, dijimos, vamos a echarnos otra siesta antes de salir a cenar más tarde jajajaja, sí, menuda siesta, hace un rato me desperté, miré por la ventana y era casi de noche, ya que de noche noche no hay en esta época, miro el reloj uaaaaaaa, son las 3 de la madrugada...
Y eso, ahora las 5 y media de la madruga, de día ya, de día como si fuesen casi las 11 de la mañana, aquí estoy escribiendo algo. Joan ahí está torrado aún, con más de 10 horas de sueño, es que le gusta dormir la tira, hace muy bien, yo por mi trabajo estoy más acostumbrado menos horas, me suelo despertar pronto.
Ya estamos en Rusia, nos queda una tirá, pero eso, que poco a poco se irá haciendo camino.
Saludos a todos y todas y, en todo lo posible, os iremos narrando y poniendo fotos de todo este algo loco viaje hacia el Japón, muchos abrazos.